domingo, 23 de marzo de 2014

Pícaro del siglo XXI

Estimado, nueva familia

Ya que me escribes pregúntame por lo ocurrido, sepa usted que soy un niño de 12 años con el pelo negro  y corto, los ojos azules , y delgado, antes era un poco despistado pero ya no,  vivo en un pueblo casi desconocido de Zamora, que perdí a mis padres. Mis padres murieron en un accidente de coche. Mi padre se llamaba Jorge, era alto , fuerte y trabajaba de médico, y mi madre se llamaba Marta, era de estatura mediana y delgada, tenía el pelo largo, negro y liso. Ella estaba en el paro. Ellos me querían  mucho y sentí una profunda tristeza cuando Juan, un amigo de mi padre me comunicó que habían muerto en un accidente de coche.
Juan era una buena persona, al principio ya que me ayudo a buscarme la vida  por mí solo. Él era muy listo y sobrevivía timando y robando a la gente.
Cuando me comunicó lo ocurrido a mis padres, yo estaba  en mi casa solo viendo la televisión. Juan se hizo cargo de mí., él me iba a enseñar como timar y robar a la gente para sobrevivir.
El mismo día en que murieron mis padres me fui a vivir a la cas de Juan. La casa de Juan estaba vieja  y con grietas. Las puertas eran de madera que cuando se abrían producían un chirrido ensordecedor. La casa estaba  muy desordenada y sucia. Tenía una cocina pequeña , con pocos muebles y con poca comida dentro de ellos, había, también, un salón pequeño donde había un sofá en mal estado , un sillón,  una mesa con cuatro sillas y una mesita con un televisar muy viejo. El cuarto de baño tenía una ducha sorprendentemente en buen estado y un váter sucio. Por último la casa se componía de un dormitorio que estaba muy mal decorado, con una cama pequeña, que parecía incomoda, una mesita de noche y un armario medio roto. Al ver que solo había una cama sospeche que iba a dormir en el sofá.
La  casa en general estaba descuidada , aunque no estaba mal para una persona que se dedicaba robar y timar a las personas .
Nada más llegar me dijo que tenía que ayudarle en un robo muy importante a una casa que tenía mucho dinero. Aquella casa era grandísima  y estaba muy bien protegida , ya que tenía cuatro perros grandes y peligrosos y además también había cámara de  vigilancia. Juan estaba pensando un plan para poder entrar en aquella casa sin que le pillaran. Antes él me tenía que enseñar a ser astuto y aprender a robar y a mentir con naturalidad.
Al principio me enseñaría con simulaciones de robos y observando como él robaba. Mi primer robo sería a un ciego, tenía que quitarle la cartera  que guardaba en el bolsillo del pantalón sin que se diera cuenta. Para ello tenía que distraer al compañero que le hacía de lazarillo. Pero antes debía espiar al ciego y su acompañante  para conocer sus costumbres y así no tener problemas. El  ciego siempre iba con unas gafas de sol,  tenía el pelo blanco y corto, estaba muy delgado y al menos tendría 68 años. El compañero era lo contrario del ciego, estaba fuerte y era joven y alto.
Estuve espiándolos durante una semana, cuando por fin tuve que decidirme a quitarle la cartera. Estaban en el supermercado , en la entrada. El supermercado era grande, un poco desordenado, con mucha variedad de productos y algunas cámaras pero no muchas solo observe que había cinco repartidas por todo el supermercado. A las nueve y media siempre estaba lleno de gente.
Cuando iban a entrar llame la atención del ciego y de su acompañante  gritando y corriendo hacia ellos. Al compañero le dije que dos hombres estaban rompiendo su coche. El  compañero salió corriendo hacia su coche  y así me quede solo con el ciego y con cuidado fui sacando la cartera de su bolsillo . Después  salí corriendo  hacia la casa de Juan, antes que el ciego  se enterara.
Llegue a la casa de Juan cansado de correr y  le di la cartera . Él me dijo:
-Enhorabuena. Mañana  a las nueve iremos al supermercado  a conseguir comida que ya no queda. ¿ Cenamos?.
- Vale, pero primero preferiría un  vaso de agua que estoy seco de correr, como me dijiste para que no me pillaran- dije.
Juan primero me trajo el vaso de agua y luego  puse en la mesa  una bolsa de patatas fritas  y dos bocadillos. Luego nos fuimos a dormir, yo me dormido sobre las diez y media.
A las  nueve de la mañana, cuando abre el supermercado,  Juan y yo estábamos esperando  a que  el supermercado se llenara de gente. Cuando estaba  abarrotado de gente llegó la  hora de robar la comida. En este robo  Juan me quería enseñar a robar comida de forma rápida y disimulada. Antes de robar  Juan me dijo:
-       Tienes que hacer todo lo que yo haga.
Al entrar, Juan mira a un lado y luego a cinco metros de la entrada  miro al otro lado, yo hice lo mismo. Pasamos por la parte del supermercado donde esta las frutas. Juan con las manos hacia movimientos rápidos y se guardaba manzanas en el bolsillo de su chaqueta negra que llevaba. Yo intente  hacer lo mismo pero se me cayó, por suerte, en vez de parecer un intento de robo  pareció que se me había caído accidentalmente al mirar una manzana. Después hice un segundo intento y me salió igual que a Juan. Juan tenía todos los bolsillos  llenos  y se puso un chaquetón  que se le quedaba largo y ancho, para que no se notase la cantidad de manzanas y naranjas que tenía escondidas. Al salir Juan volvió a mirar a un lado y a otro. Cuando ya estábamos en la calle, me explicó porque no dejaba de mirar a un lado y a otro. La explicación fue que en la entrada  y en la salida había cámaras  y para que no lo le reconociesen tenía que mirar al lado opuesto de la cámara. Nada más llegamos a la casa nos pusimos a desayunar manzanas y naranjas  y todo el día esa fue nuestra comida.
Durante el almuerzo Juan me dijo:
-       Vamos a hacer más robos hasta que estés preparado para robar la casa.

Estuvimos  casi un mes robando hasta que ya estaba preparado para el robo de la gran casa, situada en una de las mejores calles del pueblo , la calle era ancha de piedra y con grandes árboles. En otoño se les caían las hojas y llenaban la calle de un color marrón  o amarillo oscuro. En esa calle también había algunos mercados y bares.



Imagen de   J.M. Carballal    de flickr.

El robo  iba a ser por la noche y Juan ya lo tenía todo preparado. Antes de ir me explicó todo lo que íbamos hacer para robar en la casa.
Por la noche  fuimos a la casa. Primero esperamos a que los propietarios saliesen de la casa. Luego, echamos un spray  por encima de la valla para que los perros se quedaran dormidos y después saltamos la valla con ayuda de una cuerda. Entramos por la puerta de atrás de la casa por un agujero que hizo Juan en la puerta de cristal. Al lado de la puerta  había una cámara que tapamos con una manta , En  ese momento estábamos en la cocina donde estaba el cuadro eléctrico. Juan corto la luz por lo que las cámaras se desconectaron.
Robamos todo lo que pudimos y salimos por la valla como entramos, con la cuerda.
Al día siguiente, lo celebramos en un bar hasta  que la policía vino para arrestarnos. Por lo visto, una cámara escondida en el jardín nos grabo  cuando entramos en la casa.
Juan estaba en ese momento en el cuarto de baño y cuando vio a la policía huyo por la ventana del cuarto de baño dejándome solo. La policía le busco pero no logro encontrarlo.
La policía al ver que yo era menor de edad decidieron  no arrestarme y dejarme libre y buscarme otra familia. Yo les prometí  ayudarles a encontrar a Juan, diciéndole a la policía donde vivía. La policía estuvo esperando a Juan  en su casa  hasta que apareció  y lo  llevaron  a la cárcel.
Mientras  Juan estuvo en la cárcel yo estaba  con una nueva familia  que me trataba muy bien.
Al final, Juan no era tan buena persona como yo creía, pero gracias a él  ya soy más astuto  y menos despistado y torpe.




Imagen de Reynosa Blogs de flickr.

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