Estimado,
nueva familia
Ya que me escribes pregúntame por lo ocurrido, sepa usted
que soy un niño de 12 años con el pelo negro
y corto, los ojos azules , y delgado, antes era un poco despistado pero
ya no, vivo en un pueblo casi
desconocido de Zamora, que perdí a mis padres. Mis padres murieron en un
accidente de coche. Mi padre se llamaba Jorge, era alto , fuerte y trabajaba de
médico, y mi madre se llamaba Marta, era de estatura mediana y delgada, tenía
el pelo largo, negro y liso. Ella estaba en el paro. Ellos me querían mucho y sentí una profunda tristeza cuando
Juan, un amigo de mi padre me comunicó que habían muerto en un accidente de
coche.
Juan era una buena persona, al principio ya que me ayudo a
buscarme la vida por mí solo. Él era muy
listo y sobrevivía timando y robando a la gente.
Cuando me comunicó lo ocurrido a mis padres, yo estaba en mi casa solo viendo la televisión. Juan se
hizo cargo de mí., él me iba a enseñar como timar y robar a la gente para
sobrevivir.
El mismo día en que murieron mis padres me fui a vivir a la
cas de Juan. La casa de Juan estaba vieja
y con grietas. Las puertas eran de madera que cuando se abrían producían
un chirrido ensordecedor. La casa estaba
muy desordenada y sucia. Tenía una cocina pequeña , con pocos muebles y
con poca comida dentro de ellos, había, también, un salón pequeño donde había
un sofá en mal estado , un sillón, una
mesa con cuatro sillas y una mesita con un televisar muy viejo. El cuarto de baño
tenía una ducha sorprendentemente en buen estado y un váter sucio. Por último
la casa se componía de un dormitorio que estaba muy mal decorado, con una cama
pequeña, que parecía incomoda, una mesita de noche y un armario medio roto. Al
ver que solo había una cama sospeche que iba a dormir en el sofá.
La casa en general
estaba descuidada , aunque no estaba mal para una persona que se dedicaba robar
y timar a las personas .
Nada más llegar me dijo que tenía que ayudarle en un robo
muy importante a una casa que tenía mucho dinero. Aquella casa era
grandísima y estaba muy bien protegida ,
ya que tenía cuatro perros grandes y peligrosos y además también había cámara
de vigilancia. Juan estaba pensando un
plan para poder entrar en aquella casa sin que le pillaran. Antes él me tenía
que enseñar a ser astuto y aprender a robar y a mentir con naturalidad.
Al principio me enseñaría con simulaciones de robos y
observando como él robaba. Mi primer robo sería a un ciego, tenía que quitarle
la cartera que guardaba en el bolsillo
del pantalón sin que se diera cuenta. Para ello tenía que distraer al compañero
que le hacía de lazarillo. Pero antes debía espiar al ciego y su acompañante para conocer sus costumbres y así no tener
problemas. El ciego siempre iba con unas
gafas de sol, tenía el pelo blanco y corto,
estaba muy delgado y al menos tendría 68 años. El compañero era lo contrario
del ciego, estaba fuerte y era joven y alto.
Estuve espiándolos durante una semana, cuando por fin tuve
que decidirme a quitarle la cartera. Estaban en el supermercado , en la
entrada. El supermercado era grande, un poco desordenado, con mucha variedad de
productos y algunas cámaras pero no muchas solo observe que había cinco
repartidas por todo el supermercado. A las nueve y media siempre estaba lleno
de gente.
Cuando iban a entrar llame la atención del ciego y de su
acompañante gritando y corriendo hacia
ellos. Al compañero le dije que dos hombres estaban rompiendo su coche. El compañero salió corriendo hacia su coche y así me quede solo con el ciego y con
cuidado fui sacando la cartera de su bolsillo . Después salí corriendo hacia la casa de Juan, antes que el
ciego se enterara.
Llegue a la casa de Juan cansado de correr y le di la cartera . Él me dijo:
-Enhorabuena. Mañana
a las nueve iremos al supermercado
a conseguir comida que ya no queda. ¿ Cenamos?.
- Vale, pero primero preferiría un vaso de agua que estoy seco de correr, como
me dijiste para que no me pillaran- dije.
Juan primero me trajo el vaso de agua y luego puse en la mesa una bolsa de patatas fritas y dos bocadillos. Luego nos fuimos a dormir,
yo me dormido sobre las diez y media.
A las nueve de la
mañana, cuando abre el supermercado,
Juan y yo estábamos esperando a
que el supermercado se llenara de gente.
Cuando estaba abarrotado de gente llegó
la hora de robar la comida. En este
robo Juan me quería enseñar a robar
comida de forma rápida y disimulada. Antes de robar Juan me dijo:
-
Tienes que hacer todo lo que yo haga.
Al entrar, Juan mira a un lado y luego a cinco metros de la
entrada miro al otro lado, yo hice lo
mismo. Pasamos por la parte del supermercado donde esta las frutas. Juan con
las manos hacia movimientos rápidos y se guardaba manzanas en el bolsillo de su
chaqueta negra que llevaba. Yo intente
hacer lo mismo pero se me cayó, por suerte, en vez de parecer un intento
de robo pareció que se me había caído
accidentalmente al mirar una manzana. Después hice un segundo intento y me
salió igual que a Juan. Juan tenía todos los bolsillos llenos
y se puso un chaquetón que se le
quedaba largo y ancho, para que no se notase la cantidad de manzanas y naranjas
que tenía escondidas. Al salir Juan volvió a mirar a un lado y a otro. Cuando
ya estábamos en la calle, me explicó porque no dejaba de mirar a un lado y a
otro. La explicación fue que en la entrada
y en la salida había cámaras y
para que no lo le reconociesen tenía que mirar al lado opuesto de la cámara.
Nada más llegamos a la casa nos pusimos a desayunar manzanas y naranjas y todo el día esa fue nuestra comida.
Durante el almuerzo Juan me dijo:
-
Vamos a hacer más robos hasta que estés
preparado para robar la casa.
Estuvimos casi un mes robando hasta que ya estaba
preparado para el robo de la gran casa, situada en una de las mejores calles
del pueblo , la calle era ancha de piedra y con grandes árboles. En otoño se
les caían las hojas y llenaban la calle de un color marrón o amarillo oscuro. En esa calle también había
algunos mercados y bares.
Imagen de J.M. Carballal de flickr.
El robo iba a ser
por la noche y Juan ya lo tenía todo preparado. Antes de ir me explicó todo lo
que íbamos hacer para robar en la casa.
Por la noche fuimos
a la casa. Primero esperamos a que los propietarios saliesen de la casa. Luego,
echamos un spray por encima de la valla
para que los perros se quedaran dormidos y después saltamos la valla con ayuda
de una cuerda. Entramos por la puerta de atrás de la casa por un agujero que
hizo Juan en la puerta de cristal. Al lado de la puerta había una cámara que tapamos con una manta ,
En ese momento estábamos en la cocina
donde estaba el cuadro eléctrico. Juan corto la luz por lo que las cámaras se
desconectaron.
Robamos todo lo que pudimos y salimos por la valla como
entramos, con la cuerda.
Al día siguiente, lo celebramos en un bar hasta que la policía vino para arrestarnos. Por lo
visto, una cámara escondida en el jardín nos grabo cuando entramos en la casa.
Juan estaba en ese momento en el cuarto de baño y cuando
vio a la policía huyo por la ventana del cuarto de baño dejándome solo. La policía
le busco pero no logro encontrarlo.
La policía al ver que yo era menor de edad decidieron no arrestarme y dejarme libre y buscarme otra
familia. Yo les prometí ayudarles a
encontrar a Juan, diciéndole a la policía donde vivía. La policía estuvo esperando
a Juan en su casa hasta que apareció y lo
llevaron a la cárcel.
Mientras Juan estuvo
en la cárcel yo estaba con una nueva
familia que me trataba muy bien.
Al final, Juan no era tan buena persona como yo creía, pero
gracias a él ya soy más astuto y menos despistado y torpe.
Imagen de Reynosa Blogs de flickr.
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